En el periodo comprendido entre los años 5000 y 3000 a.c. surgió un estado egipcio unificado. El desarrollo de unidades locales, cada una bajo la tutela de su deidad, fue seguido por la formación de un reino en el Alto Egipto, cuyo poder derivaba, en parte, del control sobre las ricas reservas minerales en el desierto entre el valle del Nilo y el mar Rojo.
Algunas tradiciones afirman que un segundo reino complementario se desarrolló en la misma época en el Bajo Egipto, establecido en los exuberantes terrenos de pastoreo de la zona del delta. Haya existido o no este reino, se sabe que, poco después del 3000 a.c., el Bajo Egipto fue conquistado por los reyes del Alto Egipto.
El rey Menes fue el encargado de fundar el estado egipcio unificado alrededor del 3000 a.c., al construir la nueva capital, Menfis, en el límite entre el Alto y el Bajo Egipto.
Menes, fundador del estado egipcio, fue el primer rey de la primera dinastía, una de las XXXI que gobernarían Egipto hasta la conquista de Alejandro Magno en el 332 a.c.
Las dos primeras dinastías de Egipto se agrupan bajo el título de Protodinastías y representan una etapa formativa esencial hacia el primer gran florecimiento de esta milenaria civilización en el Imperio Antiguo.
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