Las primeras ciudades crecieron en Mesopotamia meridional durante la última parte del cuarto milenio a.c. Cada ciudad estaba bajo la protección de un dios específico, ubicado en un templo magníficamente construido para él y su numeroso séquito. Estos asistentes cumplían una función financiera, porque el templo era dueño de gran parte de las tierras y ganado de la ciudad.
El complejo religioso dominaba la ciudad tanto física como socialmente, con sus espacios patios,bodegas y habitaciones, así como salas de culto, a menudo elevadas sobre una plataforma situada por encima de las viviendas amontonadas en el sector más bajo de la ciudad. Por tortuosos callejones y estrechas calles principales, a veces cortadas por una muralla, se llegaba a las puertas en el muro de protección exterior.
Los responsables de este desarrollo en el sur de Mesopotamia, fueron los Sumerios, a quienes también se debe reconocer como los creadores de la primera literatura del mundo. De la creciente complejidad de las cuentas en los templos surgieron los primeros recibos escritos.
A partir de la primera escritura pictográfica desarrollaba por los Sumerios, que ya se usaba en el año 3100 a.c., se creó una escritura silábica más compleja y las primeras obras conocidas de la literatura Sumeria que hayan sobrevivido fueron escritas en tablillas de arcilla, alrededor del 2500 a.c. Sin embargo, la mayoría de la población siguió siendo analfabeta y la técnica de la escritura quedó en manos de los escribas educados en los templos.
Todas las ciudades Sumerias se ubicaban junto a un río importante o estaban unidas a él por un canal. Estas vías de agua conectaban a Mesopotamia con el Golfo Pérsico. El comercio era fundamental, porque Mesopotamia meridional carecía de las materias primas básicas como madera, metales y piedras. Muchos de los exóticos lujos que caracterizaron la cultura Sumeria también debían ser importados.
Los Sumerios comerciaban a distancias impresionantes: hasta Afganistán para el lapislázuli; hasta el Indo para piedras preciosas como la cornalina y exóticas maderas duras; hasta las montañas de Anatolia y Persia para obtener los minerales metálicos y a los montes Zagros y Siria para madera.
La organización política de los Sumerios en la primera mitad del tercer milenio se basaba en ciudades-estado que luchaban entre sí por la hegemonía. El éxito fue efímero para cada uno de los distintos estados, pero Nippur y Kis siempre mantuvieron un cierto dominio cultural. En el sur los estados ricos de Ur y Lagas controlaban la región, riñendo continuamente con su vecino del norte, Umma.
La estabilidad de estas primeras ciudades-estado también estaba amenazada por diversos pueblos que existían en la periferia de los centros urbanos. La historia de esta región se caracteriza por las sucesivas incursiones de estos pueblos, que a pesar de todo sirvieron para estimular el desarrollo político, tecnológico y social. El más evidente de estos desarrollos fue el cambio desde la limitada base de poder de la ciudad-estado hacia el amplio sistema político del Imperio.
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