Asurbanipal fue el último en la larga lista de reyes conquistadores Asirios, el cual reino el vasto imperio entre los años 668 a 630 a.c. Sus ansias de saber llevaron a este poderoso imperialista a fundar la más antigua biblioteca estatal conocida en el mundo.
Gracias a él, que mandó reunir una enorme colección de textos cuneiformes en tablillas de arcilla, la posteridad posee un cúmulo de datos preciosísimos, de los que podemos sacar un conocimiento muy amplio de la civilización del país del Éufrates. Más de veinte mil tablillas de éstas se han descubierto en las ruinas del palacio de Asurbanipal en Nínive.
En ellas las inscripciones cuneiformes están muy juntas y muchas son microscópicas, tanto que la mayor parte de los signos no pueden leerse más que con lupa.
Asurbanipal no solamente era un gran cazador, sino también un valiente guerrero, un audaz arquitecto y un propulsor entusiasta de las ciencias y la literatura. Pero este asirio no era lo bastante civilizado para vencer su innata crueldad; al contrario, cuenta con orgullo cómo "mató igual que a corderos" a los habitantes de una ciudad conquistada.
Asurbanipal no temía en absoluto turbar el reposo de los muertos en el país sometido. Después de una victoria sobre los Elamitas, a su paso por Susa robó los sarcófagos de los reyes difuntos y llevo sus despojos a Nínive. "Así los espíritus de los muertos estuvieron sin reposo", dice este maníaco de la venganza.
La biblioteca de Asurbanipal consiste, en su mayor parte, en copias de antiguas obras babilónicas que este rey amante de las letras coleccionaba.
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